jueves, 4 de noviembre de 2010

Edipo

Nunca me parecí a mi padre, ni siquiera físicamente, adopté alguna de sus aficiones, como la caza, por esa admiración que a cierta edad suscitan en los púberes las figuras paternas, siempre ha sido un hombre honesto, pero con el tiempo me distancié rotundamente, no es que discutiéramos, simplemente estábamos en planetas distintos, en galaxias distintas, lo curioso es que ahora empiezo a parecerme un poco a él, pero en cosas que resultan insidiosas, en sus manías y recelos, en esos miedos absurdos que tejen una niebla ante sus ojos, la oscuridad, los viajes, los extraños, neurosis mezquinas e intempestivas, van soldando un núcleo duro, en mí empiezan a ser palpables, como las canas o los pelos de la nariz, la triste decadencia, el espejo en el que uno no desea reflejarse, aunque lo que me solivianta es evocar su juventud, trufada de proezas anónimas, actos que poseen algo de temerario, como esas fotos en las que se le ve junto a un puñado de moros, o sorteando con su montura un seto imposible, los años en que iba a buscar a mi madre en moto bajo la lluvia de Bilbao, su vida en pensiones fronterizas, el cuerpo esbelto y fibroso, su aire seductor, me pregunto por qué no heredé esa estampa de jinete intrépido, de joven que no tenía miedo a nada, tan diferente del anciano que ahora se obsesiona con los enchufes, con las estufas, con las grietas, él que se burló de rayos y abismos, que estuvo a punto de embarcar rumbo a Sydney, este viejo maniático, no puede ser la misma persona, ya no se acuerda de su propia vida, supongo que debería reprochárselo, pero por eso merece mi respeto, su pasado sólo le pertenece a él, igual que las coronas a los reyes destronados, yo soy su último testigo, todo lo que él fue y yo nunca seré es como la epopeya de los héroes inmortales que nos deslumbraron en nuestra juventud.

9 comentarios:

  1. Una de tus mejores publicaciones, te felicito.

    elizabeth

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  2. Miguel
    Buen trabajo el desarrollado con este blog... segui posteando.

    Ahi te dejo para que lo cheques:

    www.medicinanatural8.blogspot.com

    fer

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  3. Uff.., un escalofrío me ha recorrido la espalda y no es precisamente debido a la temperatura ambiental, sino a tus letras de hoy, mi querido y admirado Miguel.

    Yo también me preguntaba hasta no hace mucho, por los motivos de esos 'pequeños detalles' de cambio de valores o de personalidad de quien me dió la vida. Hay prioridades que con la edad dejan de serlo, al tiempo que valoras más 'esas pequeñas cosas' que antes las pasabas por alto, porque el circulo de tu vida se va achicando y lo 'próximo' (lo cotidiano) toma nueva perpectiva y valor.
    Pero ¡ojo!, resulta que en algunas personas ocurre lo contrario: si sus vidas transcurrieron observando cómo otros sorteaban setos a lomos de caballo, o escalaban dificultos retos en la vida..., suele suceder que en el comienzo de la decrepitud (estado discutible) es cuando se liberan de losas antiguas y desean, e incluso realizan aquello de lo que sólo fueron meros observadores cuando estaban en 'su espledor' (estado también discutible).

    Bueno, no sé si me hice entender, pero la esencia ahí quedó.

    Firmado: alguien que empezó a valorar el tiempo, riqueza menospreciada que con NADA se paga.

    Besos.
    geles

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  4. Caray, gracias sinceras a todos los que pasáis por aquí.

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  5. siempre pienso que los homenajes al mio nunca son suficientes, aunque empieza a no ser ni una sombra de lo fue, y por eso mismo.

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  6. Liou, la chica de las biscotelas...encantado

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  7. no casen mas se mueren los animalitos =(

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