Me da igual la muerte. Hace tiempo que mis puños son como una bola de trapo y las chicas ya no doblan su cintura al verme pasar. Me da igual el infierno. No me importa el dolor, ni la humillación de mi cuerpo desnudo. Sólo quiero morir lejos de casa. Cuando los focos iluminen el ring deseo estar allí, por última vez, besando la lona.
miércoles, 25 de mayo de 2011
Último asalto
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mi admiración por esta página se acrecenta con cada "jab".
ResponderEliminartus imágenes son realidad plástica, contundente, persuasiva.
un saludo. sincero
Me he enganchado a tu blog, me encanta tu forma de escribir, felicidades.
ResponderEliminarMe temo que no soy muy dado a responder por aquí...pero, muchas gracias por vuestros comentarios!
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