No soporto el cielo sin nubes, aunque aborrezco la niebla. Sé que hay gente que acepta el sopor de la canícula a cambio de sentir el sol en sus huesos. Las nubes me conmueven y me hacen pensar que el mundo tiene sentido. Una vez, bajando una montaña, sufrí un terror ciego mientras descendía en medio de una tempestad (corría por la ladera cobarde, insensatamente, dejando atrás a los más débiles). Los truenos sonaban a nuestro alrededor como crótalos siniestros, llenándonos de angustia el corazón. Estoy dispuesto a pagar ese precio a pesar de cagarme en los pantalones. Un millón de veces antes un cielo entenebrecido que un lienzo desnudo. Cielos donde, al menos, aflore un diminuto cardenal. El cuello de la cazadora alzado mientras las nubes se desgajan como ramas viejas, como camisas que llevan demasiado tiempo al sol. A veces me las quedo mirando sin respirar: masas hinchadas que avanzan amenazantes, presagiando un día húmedo y ventoso. La ciencia las define con una caligrafía de flechas, de mapas isométricos, pero para mí son islas que viajan alrededor de la tierra. Nube oscura, nube añil, nube del alma, yo te bendigo cuando camino bajo los cielos. Sobre bosques sonoros o diligencias renqueantes, os imagino dejando pasar las horas. Sí, ya lo sé, vuelvo al pasado, a las ventanas de mi niñez, y mi madre diciéndome que tengo la cabeza en las nubes.
martes, 26 de julio de 2011
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A mi pasa con el nuevo sol de primavera.
ResponderEliminarMe encanta vivir en las nubes, sobre todo cuando una personita de apenas tres años de vida, me pide por favor que le ayude a cazar las nubes del cielo, me has hecho recordarle, él ahora quiere que le ayude a cogerlas y que se las guarde, pero de mayor se dará cuenta que son inalcanzables, aunque a veces naufraguemos en ellas.
ResponderEliminarUn saludo, me ha encantado. :)
El sol de primavera está bien (suele haber alguna nube). Los seres de tres años aún mejor. Abrazos.
ResponderEliminarYo, de pequeño, preguntaba a mi madre: "¿Y por qué no se caen las nubes?". Debía de pensar que eran de algodón o así. Están bien las nubes, sobre todo en los cuadros al óleo, pero no vendría mal algún cielo azul más este verano. ¿o no?
ResponderEliminarSaludos.
con este invierno tan suave que estamos teniendo, como dice un amigo...no diré que no...en fin, mejor nubes en el cielo que en el corazón... Salve, Antonio!
ResponderEliminarDeberíamos pasar más tiempo en las nubes.
ResponderEliminarSaludo.
A mí me gustan las nubes que juegan con los rayos del sol. Y este relato. Gracias por esta brizna de viento con agua en suspensión. Un abrazo.
ResponderEliminarSaludos, Ina...disculpa el retraso...yo sí que estoy en las nubes
ResponderEliminarGracias a ti, Robert. Un abrazo grande.
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