martes, 19 de julio de 2011

De regreso

En medio de la rotonda, en un atasco bestial, entre conductores que hablan por sus móviles con las manos crispadas al volante, acosado por los bocinazos y la peste a gasolina, justo a la izquierda, al lado de unas casas chatas y pobres, a veces hay una cuerda en la que veo tendidas mudas viejas, pantalones holgadísimos, chándals de colores eléctricos, bragas y pinzas, pinzas solitarias como orejas puntiagudas, y una loma que se recorta en un cielo que es un escupitajo de nácar. Nunca hay gente en ese lugar, pero cuando miro por el retrovisor, saliendo de la rotonda, me imagino a una niña rasgando como un pequeño huracán las sábanas de la tarde blanca.

8 comentarios:

  1. Intenso, me has trasladado a ese lugar.
    Feliz regreso y bienvenido :)

    Saludos desde Luz y Penumbra, dónde las sábanas huracanadas se rasgan ^_^

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  2. He llegado a este blog por casualidad, y me está encantado leerte.

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  3. Bienvenida, Sonia y gracias por tus palabras. También yo pasaré por tu blog, aunque mucho me temo que soy perezoso y nunca sé qué decir a los demás.

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  4. Me ocurre lo mismo cuando hago mis fotos... Saludos

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  5. me encanta leerte. Textos precioso, que llegan de verdad !

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  6. Saludos, Nano...habrá que ver esas fotos!

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