domingo, 22 de marzo de 2009

Locos

Los enfermos mentales son los parias de la tierra. Más que los que padecen el sida, la lepra, cualquier mal infeccioso. La sociedad los repudia clínica y cínicamente, y siente por ellos un pavor duro y ancestral. Será porque la sustancia que nos separa de la demencia es más frágil que el barniz de una puerta vieja. Sin embargo, yo soy de los que piensan que para cada loco hay una ocupación fértil y oportuna: los mataderos para los psicópatas, el espionaje para los cleptómanos, la construcción de piezas de ajedrez para los obsesivo-compulsivos. ¿Puede existir mayor delicuescencia, placer más suntuoso que ser un librero con agorafobia?

1 comentario:

  1. Me estaba cortando de responder, porq parece q estoy abonada... pero, qué narices!
    La sociedad repudia a los locos porq los teme, sencillamente. Y porq sabe q la frontera q separa la lucidez de la locura es tan tenue, tan frágil, q absolutamente nadie está a salvo, y eso es terrible. Y quien no está un poco loco?

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