jueves, 10 de diciembre de 2009

La foto

Hay una foto con un marco de madera azul en la habitación en la que nací donde se me ve vestido con un jersey de lana y pantalón corto, apretando los puños con una tensión inconmovible. Si te fijas bien, puedes apreciar el lazo de un dulce asomando junto al pulgar y los hoyuelos de los nudillos hundidos en un dorso tierno y blanco. La fragilidad de esas manitas es palpable, pero ninguna fuerza humana podría lograr abrirlas para arrebatar a su dueño el obsequio que llevan.
Las manos de los niños que esconden golosinas son los tesoros del tiempo. Luego, cuando crezcan y se llenen de pelos y callosidades, serán capaces de partir nueces con facilidad, pero nunca volverán a comprimir con esa fuerza la maravilla que sólo ellos conocen. Las apretarán personas de confianza, las apresarán con esposas humillantes, las perfumarán, las amputarán, harán de sus dueños rufianes de baja estofa o personas respetables. Robarán, maltratarán, acariciarán, cogerán lápices y astrolabios, subirán por escalas imposibles o capturarán una mosca en pleno vuelo. Pero jamás tendrán, ni al abrirse ni al cerrarse, el misterio de aquella foto. Siempre he deseado tener manos más viriles, o afiladas como los dedos de un compositor: suelo mirarlas con embeleso, renegando de las mías, femeninas y pequeñas. A veces pienso que siguen apretando aquella golosina que me regaló una mujer desconocida, mientras mi padre hablaba de sus cosas con el señor de la cámara. Y a veces me da por pensar, sin ningún motivo, que nunca acabaron de crecer.

6 comentarios:

  1. Coincido contigo en lo de las manos pequeñas, pero mira, igual es un rasgo que tenemos los escritores o los contadores de historias, al fin y al cabo, seguimos apretando dulces de argumentos entre esas mini-manos. Un abrazo.

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  2. Bueno...también se quejaba de tenerlas menudas Robert de Niro/Jack La Motta en Toro Salvaje. Qué le vamos a hacer.

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  3. Para qué sirven unas manos más grandes? Eso del tamaño, en este caso manual, da bastante igual.

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  5. Qué forma tan sutil de decir que tienes (tenemos) las manos hechas de plastilina! Y no son femeninas papá, de lo contrario en mi quedarían bien y cada vez que miro sus hoyuelos pienso en que se parecen más a las de un dibujo animado

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  6. Yo también tengo una foto con el puño cerrado. Recuerdo que me dijo el fotógrafo aquello de "ahora sale un pajarito" y de allí no salió nada. Me sentí burlado. Por su culpa soy un desconfiado compulsivo.

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