lunes, 1 de noviembre de 2010

Seguir vivo

Existen dos momentos trascendentes en la vida de una persona que, salvo delirio, no debería pasar por alto: el día en que presiente que todo es una estafa y la noche en que, a pesar de todo, decide seguir vivo. El conflicto estriba en asumirlo y en no claudicar como un cobarde. Ahí es donde unos fundan dinastías, algunos se resignan y otra parte, diremos que la mayoría, se encoge de hombros. A muchos, con frecuencia, les da por comprarse un coche.

6 comentarios:

  1. ja, muy buen relato-fragmento-pensamiento-lo que carajo sea. y muy buen blog. saludos!

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  2. A mi lo que realmente me va helando la sangre en las venas según pasa el tiempo es darme cuenta de que todo es cierto. No sé.

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  4. Sí, siempre hay un momento en la vida en que uno tiene plena consciencia de que la vida tira a dar. Hay un antes y un después. Con suerte y un poco de práctica, uno consigue olvidarse de nuevo y volver a la inconsciencia.

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