Los indios puestos en fila
en una habitación donde se secaba la ropa
los pantalones cortos y los cardenales
el pelo como el nido de un pájaro
mi madre blanca y su carne rosa
los pasillos eran interminables y las tapias
macizas como cálices
me acercaba al mundo con los ojos abiertos
las manos de mis padres
las calles quisquillosas
los zapatos en la punta redonda de una estufa
y el hombre del saco,
como los gatos de porcelana de la vecina bruja,
que me miraba en el espejo,
donde no estaban mis padres
donde están mis recuerdos
no dejéis a vuestros hijos
andar solos
por los pasillos largos,
por las casas ajenas
donde
duermen viejos enfermos moribundos jóvenes
gatos de porcelana
criadas con cofia y señores pálidos
que comen chocolate
y gritan ahítos en la oscuridad.
miércoles, 28 de marzo de 2012
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Tan terrible como siempre.
ResponderEliminarSe me enchinó la piel.
Gracias!
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