Hay que pasear por los cementerios en primavera, sobre todo si son franceses, que son los que se llevan la celebridad, pero yo prefiero esos camposantos que se alzan con sus cresterías góticas en las aldeas de Lugo y visitarlos, si es posible, en tiempo de brumas. Una vez leí este epitafio sobre una lápida llena de herrumbre: “No perdonéis mis pecados. Ni mis errores. Ni siquiera mis aciertos. Y, sobre todo, no recéis de rodillas por mí”. Lo firmaba Antón Rivas Souto, verdugo.
martes, 7 de abril de 2009
Crisantemos
Hay que pasear por los cementerios en primavera, sobre todo si son franceses, que son los que se llevan la celebridad, pero yo prefiero esos camposantos que se alzan con sus cresterías góticas en las aldeas de Lugo y visitarlos, si es posible, en tiempo de brumas. Una vez leí este epitafio sobre una lápida llena de herrumbre: “No perdonéis mis pecados. Ni mis errores. Ni siquiera mis aciertos. Y, sobre todo, no recéis de rodillas por mí”. Lo firmaba Antón Rivas Souto, verdugo.
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Yo leí un epitafio romano q me conmovió: "Q la tierra te sea ligera".
ResponderEliminarNo me gustan los cementerios.
Me gustan los cementerios, más los gallegos, de momento, que los franceses, que aún no visité. Entre el panteón de hombres ilustres y los camposantos entre nieblas, me quedo con los últimos.
ResponderEliminarMe gusta el epitafio. Me gustan los epitafios y las esquelas, aunque ahora mismo no me acuerdo de ninguno.
Creo que seguiré pasando por aquí. Saludos.
Yo quiero que mi epitafio diga: "Aquí te espero." Y con esto no se bromea.
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